COMO “ECO -CONSTRUIR” EN UN PLANETA BAJO PRESIÓN
Espacio y tiempo se confabularon en Londres. A la feria Ecobuild –uno de los mayores encuentros de construcción sostenible en europa- le siguió la conferencia “Planeta bajo presión” El escenario fue el mismo: el centro Excel a orillas del Támesis. Y la cuestión de fondo resonó una y otra vez a lo largo de dos semanas: cómo minimizar el impacto del hombre en esta nueva era, bautizada ya por los geólogos como el Antropoceno.
Al ritmo actual, con más de la mitad de los 7.000 millones de habitantes del planeta viviendo ya en ciudades se calcula que la “huella urbana” ocupará en el 2030 un espacio adicional de 1,5 millones de kilómetros cuadrados (la superficie combinada de España, Francia y Alemania).
“Tenemos por delante el reto de rediseñar las ciudades, o la sostebilidad global será sencillamente imposible”, advirtió Shobahkar Dhaklal, director del Global Carbón Project de Tokio. Con la ayuda de la Hyperwal de la Nasa y los paneles del Centro para Resiliencia de Estocolmo, fuimos capaces de visualizar hasta que punto nuestra especie está alternando la superficie y la atmósfera del planeta.
Lo más interesante en Eco-Build fueron, si acaso, las actividades paralelas, donde se habló no sólo (y hasta la saciedad) de la “Passivhaus”, si no de otras tendencias que están contribuyendo al necesario cambio social, desde el movimiento de ciudades en Transición a las iniciativas de Consumo Colaborativo.
Tony Whitty, ex alcalde de Tot-nes (donde nació Ciudades en Transición), recordó cómo la mecha se ha propagado ya a más de 30 países, con miles de grupos embarcados en la ardua tarea de cambiar nuestros hábitos energéticos y de transporte. Rachel Botsman, autora de “Lo mío es tuyo”, informó cómo las redes sociales están modificando las pautas de consumo y vaticinó el advenimiento de la “economía compartida”, radicalmente eficiente y sostenible, al servicio de las comunidades “reales y virtuales”.
En Ecobuild se pasó revista al parón de las renovables, a la asignatura pendiente de la eficiencia, a la resistencia al cambio y a los efectos de una crisis que, lamentablemente, ha servido para relegar la ecología en segundo plano y rescatar la vieja, anquilosada y autodestructiva noción de la economía.
Kenton Rogers, fundador de Treeconomics habló del valor como “activos” de los árboles urbanos. Wendy Shillam, directora de Urbaneye, hizo un repaso al papel de las ecoaldeas y los ecobarrios en la nueva realidad económica. Sophia de sousa, del Glass-House Comminity Led
desing, habló de los cambios positivos en el planeamientos urbano impulsado por las comunidades.
Desde Alemania, Wolfgang Feist vino a impulsar el concepto de “Passivhaus” que está empezando a calar en el reino Unido, con el impulso de arquitectos como Jon Broome, autor de “The Green Slf-Build Book”, que impartió un cursillo de autoconstrucción siguiendo los principios de la casa ultraeficiente.
Entre las propuestas más interesantes, la del estudio ZEDlife, que sugiere una integración total de “soluciones solares” para la energia, las emisiones, los desechos y el transporte en edificios de alta densidad y usos mixtos. La flota de transporte solar y los bancos solares estuvieron entre las mayores atracciones de una feria donde se impartieron cursos de apicultura urbana, cultivos en tejados verdes o “resiliencia” en tiempos de sequia.
“El dilema no está ya en urbanizar, sino en cómo urbanizar”, advirtió días después del Ecobuil el profesor de la universidad Estatal de Arizona Michael Frgkias, en una de las intervenciones más seguidas de la conferencia “Planeta bajo presión”. Cada semana nacen un millón de seres humanos, y el destino de la mayor parte de ellos son las ciudades… En el año 2050 llegaremos a los 9.000 millones y está claro que no podemos vivir dispersos como hasta ahora. El futuro es necesariamente compacto y eficiente; la clave está en saber diseñarlo aprendiendo y emulando si hace falta a la naturaleza”
Fuente- Revista EcoHabita